En el pueblo ya no se mata el cerdo sino que se entrega todo
descuartizado y según las necesidades de cada familia. Unas harán más
morcillas, otras prefieren longanizas o más lomo. Al gusto del
consumidor. Lo importante es que el gorrino salga bueno porque se va a
aprovechar literalmente todo de él.
La mañana se ha pasado descuartizando y preparando las carnes.
Las madejas en adobo con su limón.
Se pica la carne y se deja en adobo con las especias y queda ya todo listo para empezar a embutir ya por la tarde.
La comida hecha para cuando vuelvan los maridos del campo a comer. Unas
gachas o una menestra han preparado las dos cuñadas que hacen desde
"toda la vida" la matanza juntas.
Después se pone a secar todo el embutido en las cámaras y dentro de unos
días, el pueblo olerá a aceite porque viene la "fritá", quizás el día
que más me gusta.
"Así tienes un arreglo para todo el año, sacas de la orza unas tajás de lomo y unas longanizas y tienes la cena".
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