Comienza la temporada de chiringuitos con la llegada de las vacaciones,
el buen tiempo y los turistas que llegan en busca de ocio, sol y buena
comida.
Una oferta gastronómica básica pero muy decente, desde paellas a carnes a
la brasa, tapas y ensaladas. Aquí se viene a pasarlo bien, con la
familia y amigos, es tiempo de descanso y desconexión, y no se pide más.
Momentos de alegría y reuniones familiares, de toallas mojadas y arena
en las chanclas, de vino con gaseosa, sangría o una cañas bien frescas
con la comida, de sobremesas y risas.
En un sector tan azotado por la crisis, estos chiringuitos significan
fuente de ingreso para muchas familias de nuestro país. Suponen
concentrar todo su trabajo en unos meses muy intensos. Mucha suerte a
todos y gracias por estar allí.
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