En todo el centro del pueblo, la piscina municipal está ubicada
justamente en el hueco de las antiguas bodegas de la residencia de
verano del Marqués de Caro que sus herederos donaron al ayuntamiento.
Cuando se inauguró a principios de los 80, contaba con un chiringuito a
un metro del agua, no sé cómo pudimos salir ilesos sin pisar las
colillas, los caracoles o los cristales rotos por el suelo. Eran otros
tiempos.
Hace más de 15 años se abrió el bar-restaurante que cada año el
ayuntamiento adjudica a quien lo puede llevar. Unos veranos tiene poco
tirón y otros, como éste, se convierte en el centro neurálgico a la hora
de los almuerzos y comidas.
Beatríz se ha hecho cargo este verano del bar de la Piscina. Su pasión y
experiencia por la gastronomía ya le viene de herencia familiar desde
el famoso,
la Fuente Chica,
La franja horaria del almuerzo es estricta y si llegas 5 minutos más
tarde puedes encontrarte con el local vacio. Pero en plena apoteósis,
el momento del almuerzo es una gozada. Todo está tan apetecible, esos
embutidos asados a la leña son un manjar.
"No se lo digas ni a mi mujer ni a mi médico que me como todo esto para
almorzar" me dice uno de los hombres - porque el almuerzo es cosa de
hombres.
Como no podía ser menos en plena Comunidad Valenciana, se preparan paellas a la hora de las comidas.
Esperemos que para el próximo verano se hayan mejorado las condiciones
de este establecimiento, ya va siendo hora después de más de 15 años
abierto al público. Sería genial contar con barbacoa en condiciones.
Todo llegará.
Mientras tanto, a seguir disfrutando de las comidas del verano en el pueblo y de la piscina municipal.